PARA MARC

La vida, en su variada gama de colores, nos desliza desde el blanco al negro, pasando por todo el abanico de matices posible.

La vida, es simple en sí misma, y dentro de su simpleza, incapaz de suavizar o adornar situaciones.

Las presenta desnudas completamente, tal como son, revestidas solo de realidad, sin un ápice de ternura, piedad o miedo.

Simplemente, las presenta, y somos nosotros los que debemos dotarlas de sentimiento, aunque por desgracia, la mayoría de las veces, olvidamos hacerlo.

Simplemente vivimos, y esa simpleza de vivir, nos convierte en “daltónicos”, incapaces de descubrir que color estamos viviendo.

Este, es un escrito, que dedico a alguien, que no conozco, y que no se si llegare a conocer, mas allá de su nombre, Marc.

El, como todos nosotros, ha ido conociendo toda la gama de colores, como todos nosotros, sin darse cuenta, deslizándose a través de ellos, dejando que transcurran, simplemente, y dejando fluir el tiempo a través de ellos.

Un día, quizás en un empeño de ser él quien diera color a su vida, en un alarde de autonomía sobre su propio destino, o simplemente como reflejo de un “presentimiento escondido”, se lanzo a la búsqueda de viejas amistades.

Esas amistades que todos, por la propia dejadez e ignorancia, de que los colores de la vida cambian, y no avisan, vamos dejando morir en el camino.

  Y  Lo hizo,  recupero amigos de la infancia, a base de búsqueda e insistencia.

Esos, que en su candidez, un día nos quisieron de una manera especial, esos, que la mayoría, hemos dejado que el polvo  del camino, oculten de nuestra vida.

Esos, cuya amistad y lealtad eran limpias, porque no estaban viciados por egoísmos o intereses.

Simplemente, eran amigos.

Los recupero, y ni el mismo sabrá nunca si fue por colorear de blanco su vida, o por un oculto instinto premonitorio de agarrarse al pasado, que le atraía más que su desconocido futuro.

Hoy, la vida, a Marc, le muestra su color negro.

Lucha desde su presente, una batalla perdida.

Pero Marc, supo dar su propio color a su vida.

Hoy, tiene a todos los que un día le quisieron, y les tiene  cerca.

Planta cara, aferrado, y rodeado de su pasado, de su propio color blanco.

Hoy, porque él se empeño en ello, los que un día corrieron con él, jugaron y rieron, pensando en que todo era eterno, vuelven a correr con él, acompañándole en su duro camino por la vida.

Caminan junto a el, y hacen de su negro, algo más gris.

No le harán ganar la batalla, como no la ganaremos ninguno, pero no la libra solo.

Tiene a los que desde la inocente pureza de la amistad sin precio, un día le quisieron.

A todos, nos cambiara el color algún día.

Yo, sin conocerlo no dejo de sentir un enorme respeto, porque sigue aferrado a “su vida”, a la que a él, en sus recuerdos, le pareció más blanca,  rodeado de “los suyos “.

Gran enseñanza Marc, y gran lección de “vida”.

 

NOTA:

Este comentario, lo escribí hace una semana, y hoy, cuando voy a colgarlo, ya sé que nunca, conoceré a Marc, y que él jamás lo, leerá.

Se, que en su último momento, fiel a su instinto de agarrarse a sus convicciones, hizo un último acto de su propia fe, lejos de la oficial, mas allá de la que se suele predicar en las iglesias, y un enorme servicio a la humanidad.

Nuevamente, en su último acto, fue fiel a sí mismo, y a los suyos.

Buen viaje amigo desconocido.

1 comentario en “PARA MARC

  1. El nos reunio despues de años de estar desperdigados. El nos enseño que vale la pena luchar por la amistad i que el paso del tiempo no es escusa para volver a perderla.
    Tantos recuerdos de juventud compartiendo sueños y futuro, tantas risas sin malicia, tantas preocupaciones que ahora nos reiamos de ellas.
    Solo me queda decir una cosa….
    Gracias Marc por tu bella amistad que no olvidare nunca

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